Empieza el verano
«Empieza el verano»: así comencé en junio mi último diario estival. Desde los quince años escribía uno. Tenía ya veinte y veraneaba en una casa al lado de la playa. Allí, el mar, el sol y los amigos entraban impúdicos cada día. Una noche, alguien más entró. Yo estaba sola. Me despertaron unas manos ásperas que taparon mis gritos. Dientes desconocidos y ansiosos buscaron y rompieron mis labios. Me rompieron muchas más cosas. Cuando acabó y se fue, asustada y deshecha, escribí mis últimas palabras en un diario: «se acabó el verano». Después, marché a la comisaria